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Estudiante de la Universidad Marista. Facultad de Administracion Turística

El hombre en busca del sentido.


Ensayo sobre el libro El hombre en busca del sentido con vivencias propias. 

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el reto de cambiar nosotros mismos”.  Viktor Frankl.
         Psicólogo nacido en Viena en 1905,  catedrático de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena y Director de la Policlínica Neurológica Vienesa durante veinticinco años; Durante la segunda guerra mundial estuvo internado en los campos de concentración de Auschwitz, Dachau entre otros por mas o menos 3 años.
         Es conocido en el mundo de la psicología como el padre de la “Logoterapia” clasificada esta como la tercera escuela vienesa de Psicoterapia; la primera  siendo el “Psicoanálisis” de Sigmund Freud y la segunda de Aldes con su trabajo sobre la “Psicología Individual”. La logoterapia, como lo explicó Frankl, es la primera fuerza motivante del hombre en su lucha por encontrarle sentido a la vida en situaciones adversas en donde se piensa que la vida ya no tiene ningún sentido. Dice también que muchas veces el sentido en nuestra vida puede cambiar dependiendo en la situación en la que te encuentres, pero jamás debe de faltar, pues intenta transformar la tragedia en una satisfacción y triunfo personal. En otras palabras es una actitud ante la vida caracterizada por el protagonismo y la esperanza.
         Autor de “El Hombre en Busca del Sentido” y de otros libros. En este libro Frankl habla sobre su experiencia en los campos de concentración y lo que lo llevo a la creación de la logoterapia. A continuación profundizare en el contenido de este pero también en su relación con experiencias propias comparadas un poco con las de Frankl en su tiempo en los campos de concentración.

         Frankl comienza hablando sobre la llegada de los prisioneros a la estación de Auschwitz, muchos de los prisioneros llegan en un estado de shock, refiriéndose a este como una falta de percepción a lo que está ocurriendo. Los prisioneros ya estaban a punto de llegar al campo de concentración pero aun    no asimilan lo que estaban a punto de vivir y lo que les podría llegar a pasar. No sabían ni les importaba si iban a pasar la noche o si les quedaban unas pocas horas mas de vida porque no entendían lo que sucedía en ese momento a su alrededor.
         Creo que todos nosotros hemos pasando por un acontecimiento en donde nos sentimos en este estado, donde no entendemos lo que pasa a nuestro alrededor, más bien yo creo que nos cerramos a entender lo que pasa. En mi caso podría hablar de la época en que mis papas se estaban separando, yo estaba más pequeña y en algún momento pensé que era algo temporal y que en cualquier instante los pleitos y los problemas se iban a olvidar. De este ejemplo podemos ver el estado de shock al no poder asimilar la situación pero también la “ilusión del indulto” que es la esperanza de creer que las cosas se iban a componer, como los presos la llegaron a sentir justo antes de ser ejecutados.
         En el libro “La Princesa que no creía en los cuentos de Hadas”, desde mi punto de vista podemos ver un estado de shock, ella toda su vida el único  deseo que tenia casarse con un príncipe. En el libro se enamora de un príncipe, o eso piensa ella y ahí comienza su estado de shock, ella estaba viviendo su sueño al estar con esa persona. Al final se da cuenta que el príncipe del que se enamoro no era príncipe y no necesitaba estar con uno para ser feliz, pues su felicidad la condiciona ella misma y se da cuenta que vale más por si misma que por estar con su príncipe.
         Tiempo después de la llegada al campo de concentración conocen a cierta persona que les logra dar unos “tips” para que puedan mantenerse con vida y que los oficiales al verlos no los manden a matar. Consejos como lavarse la cara y mantenerse lo más aseado posible, para que tuvieran un aspecto joven. Caminar siempre erguidos aunque sea enfrente de los oficiales, para aparentar fuerza en las piernas y en el cuerpo.  Muchos de los presos que no podían con la presión de no saber que va a pasar el día de mañana, si van a vivir un día más o si algún día volverían a casa para ver a sus familias, ellos se aventaban en contra de las vallas electrificadas y eso los llevaba a una muerte segura.
         En otro libro donde podemos apreciar similitudes como esta es en el libro “La isla desconocida, de José Saramago”, En este libro un navegante pide un barco al rey que concedía deseos para ir a buscar una isla desconocida, viaja con una mujer y en el camino olvida su obsesión por encontrar la isla y se va fijando en la mujer, al final se enamora  de ella y encuentra la isla desconocida.
         Use esta comparación porque así como el navegante, los presos también se perdieron buscando a la isla, la cual representa lo que más anhelemos. En el caso de los presos podría simbolizar la esperanza de que su agonía termine y puedan salir libres de ese infierno en el que están atrapados. En el caso del navegante él se perdió con su obsesión por encontrar este lugar al que tanto quería llegar pero en el camino encontró algo mejor que lo hizo olvidarse por completo de él.
         Otro fragmento del texto que llamo mucho mi atención fue cuando Frankl estaba comiendo un platillo y al mirar por la ventana vio un cuerpo que era arrastrado por unos soldados. Al mirarlo fijamente se dio cuenta que era un compañero con el cual estuvo platicando un par de horas antes. Esta imagen tan espelúznate a cualquiera nos hubiera causado horror, miedo, enojo, tristeza o cualquier otro tipo de sentimiento;  pero a ellos ya no les causaba nada, ni siquiera llamaba un poquito de su atención. Las condiciones fatales en las que vivían los habían hecho inmunes a cualquier sensación que este tipo de escenario pudiera causarles.
         La única cosa que podía enervarlos un poco era la sensación de injusticia y humillaciones a las que tenían que acoplarse día a día. Pero se tenían que tragar los restos de orgullo que les quedaban, levantarse temprano y afeitarse la cara para otro día mas de trabajo, porque ahí lo único que importaba es conservar la vida y la de los amigos, si es que así se les pueden llamar, que habían hecho en ese tiempo tan amargo.
         En este momento no se me ocurre algún libro el cual citar, más bien llega a mi mente la película “La vida es bella” que habla de una historia parecida a la de Viktor Frankl. Solo que en esta película no solo se llevan al hombre al campo de concentración si no también a la esposa y el hijo en secreto. El protagonista de la película quien sabia la crueldad en la que estaba envuelta su familia,  buscaba siempre la manera de hacer sonreír a la esposa y recordarle que la vida es bella y vale la pena vivirla, lo cual nunca era una tarea fácil pues estaban separados por genero en esos campos militares. Al hijo que tenia aproximadamente 6 años lo mantiene pensando que todo era un juego para que el no fuera testigo de la maldad tan grande que lo tenía rodeado. Esa fue su misión en ese momento y hasta el último día de su vida pues como muchos fue asesinado en ese lugar.
         Lo único a que podía hacer olvidar a Frankl y a sus compañeros de su triste realidad era un poco de humor, claro no el más agradable de todos pero en fin, era uno de los pocos placeres a los que recurrían para olvidar el tiempo y la situación en la que se encontraban.  
El humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación. Aunque no sea más que por unos segundos”.
Frankl saco provecho de esta situación, porque a pesar de que él no se enlisto para hacer un experimento y estudiar al hombre puesto en este tipo de circunstancias logro entender por experiencias ajenas y propias lo que realmente es el sentido de la vida y esto lo llevo a concretar sus estudios sobre la “logoterapia”.
Pero, ¿Qué es lo que pudo ayudar a Frankl y a los otros sobrevivientes a sobrellevar este tipo de vida para salir adelante y como lo dice la teoría convertir cualquier adversidad en algún tipo de superación personal para aferrarte a la vida? Pues muy fácil, tener siempre claro que es el sentido de tu vida. Qué es eso que mas anhelas y por lo que vale la pena vivir un día más.
Para Frankl cuando estaba dejando el campo de concentración con la idea de que pudiera ir a un campo de reposo o a una cámara de gas lo único que le pidió a su amigo fue que encontrara a su esposa y le dijera lo mucho que la amaba. Que a pesar del dolor y el sufrimiento que vivió por tanto tiempo en ese lugar siempre el recordarla lo hacía levantarse para vivir un día mas con la esperanza de que la volvería a ver y que a pesar del poco tiempo que estuvieron juntos fue suficiente para soportar tanto tiempo allí.

“El amor es la única manera de comprender a otro ser humano en el núcleo más íntimo de su personalidad. Nadie puede ser plenamente conscientes de la esencia de otro ser humano a no ser que lo ama.”

Para concluir con este ensayo puedo decir que los estudios de la logoterapia en su mayoría surgieron por experiencias de este drama al que el autor tuvo que enfrentarse. Pero bien se  ha dicho que lo que no te mata te hace más fuerte y creo que Frankl es la prueba de que este dicho tiene mucho de cierto.
Los presos que tenían claro el sentido en su vida y se aferraron a ella son los que pudieron salir adelante por completo mirando esta experiencia como eso, una experiencia más en sus vidas que de alguna manera los cambio y los hizo crecer como personas. En cambio, los que perdían la esperanza y se olvidaban de la vida y de lo bonito que es vivirla se dejaban vencer y eventualmente morían.
Desde mi punto de vista los temas abordados en esta historia son muy fuertes y muy difíciles de sobrellevar, pero me queda claro después de leer y escribir este texto todo en esta vida tiene solución, no importa que tan difícil la situación en la que estemos lo parezca. Siempre hay una razón por la cual luchar salir adelante y crecer como personas. Es mejor decir yo me caí y me levante que yo me caí y ahí me quede.

"Vive como si fueras a vivir una segunda vez, y como si hubieras actuado incorrectamente la primera vez." Viktor Frankl.


Referencias
* El hombre en busca del sentido, Viktor Frankl    Editorial Herber
* La isla desconocía, José Saramago ed. Punto de Lectura
* La princesa que no creía en los cuentos de Hadas, Marcia Grad